Quiero regalarle una flor al amor de mi herida.


Dicen que soy muy joven para amarte, pero que sabran ellos de amor ¿verdad?, me ataré la soga al cuello por ti esperando a que vengas a rescatarme o a matarme. Quien sabe. Esto es como una droga, no encuentro la diferencia a vivir drogado por tus besos como idiota a vivir drogado por humo en mis pulmones, la misma sensación de adicción. Las cuchillas hace tiempo que dejarón de cortar y yo, bueno... me consumi tanto que incluso he dejado de sangrar, sudo constantemente por los nervios, atacado por los miedos y envuelto en tu recuerdo. Siento que estoy sucio y esta sensación me golpea cada vez más y más fuerte, dime ¿que debo de hacer? ¿ que debo hacer para que me mires?. Esta bien no pasa nada, no pasa nada porque descubri que soy un guerrero. Cómo el cuento del principe que espero 100 noches de frío invierno en la puerta del castillo por su princesa y al final gano ¿recuerdas? nunca logre contarte el final de esa história, ahora poco a poco lo voy comprendiendo, yo soy ese guerrero que espera en medio de la nada muriendo de frío. Pero ten cuidado porque cuando la princesa abrio la puerta, el principe l miro a los ojos y se largo, aun sabiendo que había ganado entendio que nadie merecia ese sufrimiento.

Ahora mismo la cuerda me aprieta y no encuentro consuelo es otro día más esperando a ver si vienes.

1 comentario: