3 am y aun te siento. A estas
horas solías pegar tu primer giro en la cama y me abrazabas un poco más fuerte,
para asegurarte de que me tenías atado a ti o para simplemente sentir calor. El
amor es ciego y por ti, mi sol, no veo la vida con los mismos ojos. Estoy
bebiendo la última taza de café que me queda, pensando en lo que fuimos en mi
mente pero nunca en presente…
Pensando en mis gritos internos y
en lo seco que me he quedado. Este verano sin ti ha sido algo caótico, jamás había
pasado tanto tiempo fuera de casa. Me gusta la resaca ¿sabes? El dolor físico siempre
será mi favorito, sustituye a tu dolor. Bebiendo aprendí a engañarme y empecé a
fumar para sustituir tu ausencia y dibujar tu silueta con el humo.
Ha pasado ya un verano y parte de
el invierno des de que te fuiste, no
vengo hablar de dolor ni de el gran vacío que dejaste en mi con tu ausencia, ni
de olvido, ni de mentiras o verdades, no sé, quizás vengo a contarle a la nada
en estas líneas, a contarle de algo que aprendí, de algo que me llego mientras
iba arrancando las hojas del calendario… vengo a contarle de la costumbre. No
te olvidado y creo que nunca podré olvidar una historia como la nuestra, aun
siento el olor de tu piel y dibujo tu sonrisa en mi mente cada noche antes de
dormir. Pero raramente me acostumbrado al dolor tanto que no duele, me
acostumbrado tanto a tu ausencia que imaginarte caminar por el piso es
divertido, me acostumbrado tanto a los te quieros que nunca me diste que
escasamente me quiero. Estoy quebrado pero sonrío, no tengo nada pero tengo
todo, no soy feliz pero tampoco infeliz, no estoy vivo ni estoy muerto, no
sabría explicar como me siento pero no siento nada y esto de no sentir nada me
proporciona tanta y tanta paz que me quedo aquí, entre mis líneas con mi música
volviéndome un puto loco, pero sonriendo.
Suena nuestra canción y en mis
ojos ya no llueve, irónico ¿ verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario